Píldoras de historia: "El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre"

Al leer el Antiguo Testamento, en ese extraño libro del Apocalipsis, se lee en el capítulo 13, un oscuro versículo 18 que dice: "Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis". Claramente, es un mensaje cifrado, destinado a ser descifrado solamente por las personas con el conocimiento suficiente como para entenderlo y divulgarlo.

El número 666 ha tenido desde entonces, un significado que va desde la identificación de un personaje que persiguió a los primeros Cristianos, a un número que puede llegar a invocar al demonio, o a la marca que tendrá el anticristo...

Pero aquí haremos referencia a un personaje al cual le "colgaron el San Benito" de provocar el gran incendio de Roma, evento ocurrido a partir de las nueve de la noche del 18 al 19 de julio del año 64, y hablamos entonces de Claudio Nerón Cesar Augusto, más conocido como Nerón.

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Ahora, antes de continuar, debemos tener en cuenta tres cosas importantes. Primero, hablamos de unos escritos que datan del siglo I de nuestra era, y segundo, que están inscritos dentro del mundo Romano, y por último, que la mayoría de textos del Nuevo Testamento, originalmente se escribieron en Griego, que junto con el Latín, eran las "Lenguas Francas" del imperio en ese momento. Esto último es muy importante a tener en cuenta para lo que nos resta de esta historia.

El número 666, conocido popularmente como "el número de la bestia", tiene entonces un origen que se remonta al siglo I d.C. y está intrínsecamente ligado a la persecución de los primeros cristianos bajo el Imperio Romano. Su asociación con figuras como el emperador Nerón y, posteriormente, con el diablo, es el resultado de una combinación de interpretación bíblica, numerología y simbolismo histórico.

El epicentro de esta asociación se encuentra, como vimos, el libro del Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia. Este enigmático pasaje fue escrito en un período de intensa persecución, utilizando un lenguaje simbólico para ofrecer esperanza a los cristianos oprimidos y, a la vez, para criticar veladamente a sus perseguidores.

La interpretación histórica más aceptada entre los eruditos bíblicos es que el número 666 es una referencia cifrada al emperador romano Nerón, quien gobernó del 54 al 68 d.C. y fue uno de los primeros perseguidores de los cristianos. Esta conclusión se basa en una práctica judía llamada gematría, en la cual a las letras de un alfabeto se les asigna un valor numérico.

Transliteración al Griego
Al transliterar el nombre "Nerón César" (Nérōn Kaîsar) del griego (la lengua en que se escribió el Apocalipsis) al hebreo, la suma de los valores numéricos de las consonantes da como resultado 666. Esta era una forma de "código secreto" que los primeros cristianos podían entender sin nombrar explícitamente al emperador, porque podrían ser castigados si se supiera a quién se refería el pasaje, lo que habría sido peligroso. Para ellos, Nerón encarnaba la maldad y la opresión del Imperio Romano, la "bestia" que se oponía a Dios.

Es interesante notar que algunos manuscritos antiguos del Apocalipsis presentan el número 616 en lugar de 666. Esta variante, lejos de invalidar la teoría de Nerón, la refuerza. Al transliterar la forma latina del nombre "Nerón César" (Nero Caesar) al hebreo, la suma es 616, lo que sugiere que la cifra podía adaptarse según el público lector.

Para aclarar, voy a dejar el cómputo de los números transliterados de los nombres en Griego y Latín.

Ahora, la asociación del 666 con el diablo es una evolución posterior. En el libro del Apocalipsis, la "bestia" es una figura que recibe su poder del "dragón", que es explícitamente identificado como Satanás o el diablo. Por lo tanto, la bestia, marcada con el número 666, es vista como el principal agente terrenal del diablo, el Anticristo.

Transliteración al Latín

Con el paso de los siglos, y a medida que el contexto histórico de la persecución romana se fue desvaneciendo para el público general, la distinción entre la bestia como agente y el diablo como la fuente del mal comenzó a difuminarse en la cultura popular. El número 666, al ser la marca de la bestia, se convirtió en un símbolo directo de la maldad suprema, es decir, del diablo mismo.

En la teología cristiana, el número 6 se considera un número de imperfección, en contraste con el número 7, que simboliza la perfección y la totalidad divina. La triple repetición del seis (666) se interpreta entonces como la máxima expresión de la imperfección y la oposición a Dios, reforzando su conexión con la figura del mal por excelencia.

En resumen, el origen de la asociación del 666 con figuras como Nerón y el diablo es un viaje que comienza con un código numérico en un texto bíblico para denunciar a un emperador perseguidor. A través de la interpretación teológica y la cultura popular, este número trascendió su contexto histórico original para convertirse en un potente y universal símbolo del mal y la antítesis de lo divino.

Por lo tanto, si al peinarte notas algo en tu cuero cabelludo, y al fijarte, lo que ves es una marca con un "666".... Es mejor que te asustes... 


Buenas noches...

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