Píldoras de historia: Colón: De cómo Regiomontano salvó mi vida
“En este año de Nuestro Señor de 1504, quiero referirme a nuestro infortunio durante este, mi cuarto viaje a las Indias.
Hace unos meses, en el año de Nuestro Señor de 1504, viéndome obligado por las circunstancias azarosas de nuestro viaje, y en vista de hallarse mis naves en peligro de hundirse en alta mar a causa de los gusanos, decidí encallar las naves en estas costas de la isla que llamé Santiago, pero que sus habitantes llaman "Xaymaca" o "Yamaya".
He esperado por meses un rescate, y mis hombres han comenzado a sublevarse y a maltratar a estas buenas almas de la isla, comandados por los hermanos Porras, vilipendiando y asaltando aldeas y abusando de sus mujeres.
Ahora, aquí encerrados en un precario fuerte somos víctimas de ataques y ya no podemos intercambiar nuestras baratijas por comida. La situación es de total desesperanza…w
Hoy 26 de febrero del año de Nuesro Señor de 1504, he decidido un plan para aplacar la furia de los indios y poder restablecer nuestras posiciones en la isla. Revisando mis libros, buscando ideas para aligerar nuestra carga, volví a revisar las Ephemerides y encontré que podría aprovechar un hecho que ocurrirá el 29 de febrero, y podría garantizar nuestra salvación. Hablaré con mis comandantes y les expondré el plan, que deberá llevarse a cabo sin equivocaciones… O nuestras vidas tendrán muy poco tiempo en esta tierra… Y, espero que Regiomontano no se haya equivocado”
¡Hola! Cómo están. Pues bien, quise expresar lo que a mi modo, podría estar pensando Cristóbal Colón esos días antes del 29 de febrero de 1504.
Resulta que, para hacer corta la historia, el cuarto y último viaje de Cristóbal Colón (1502-1504), conocido por él como "El Alto Viaje", fue un cúmulo de desastres y sufrimientos. Su objetivo principal era encontrar el paso o estrecho que, según sus cálculos, le llevaría finalmente a las costas de Asia. Sin embargo, se encontró con una realidad muy distinta.
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La pequeña flota de cuatro barcos fue azotada por huracanes devastadores en el Caribe. Además, sus naves fueron víctimas de la broma (Teredo navalis), un molusco que perforaba y destruía la madera de los cascos.
Varados en Jamaica: Tras explorar las costas de Centroamérica (actual Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá) en condiciones terribles y perder dos barcos, Colón se vio forzado a dirigir sus dos naves restantes, ya inservibles y hundiéndose, hacia la isla de Jamaica. En junio de 1503, encalló deliberadamente sus dos últimas carabelas, la Capitana y la Santiago, en la Bahía de Santa Gloria (la actual St. Ann's Bay). Estaban como zorros en una trampa.
Al principio, los nativos taínos de la isla se mostraron hospitalarios, proveyendo a los náufragos de comida a cambio de trueques. Sin embargo, con el paso de los meses (en realidad, ya la estancia llevaba todo un año) la situación se deterioró.
Los españoles, especialmente los que se amotinaron bajo el liderazgo de los hermanos Porras, empezaron a saquear las aldeas y a maltratar a los indígenas. La tripulación estaba dividida, hambrienta y sin esperanza. Los taínos, cansados de los abusos y de la carga que suponían más de 100 hombres, decidieron cortar el suministro de alimentos. La inanición era una amenaza inminente.
Colón se encontraba en una encrucijada crítica. Sin comida, su tripulación moriría o sería masacrada. Necesitaba recuperar el control y el respeto de los taínos, pero no por la fuerza, sino a través de un golpe de efecto que demostrara un poder superior.
Pero ¿A quién se refería Colón con “Regiomontano”? Bien, es una historia fascinante.
Regiomontano (1436-1476) es en realidad el nombre latinizado de Johannes Müller von Königsberg, un niño prodigio y una de las mentes más brillantes del Renacimiento alemán. Fue un astrónomo, astrólogo (en esa época eran disciplinas inseparables) y matemático excepcional.
Este Regiomontano fue clave en la transición desde la astronomía medieval a la del renacimiento y porque no, a la moderna.
Desde muy temprano comenzó a corregir los errores y las malas traducciones del “Almagesto” de Ptolomeo, y con sus trabajos de trigonometría, sentó las bases del conocimiento que, tiempo después, utilizaría Nicolás Copérnico para sus cálculos.
Regiomontano fue de los primeros en reconocer el valor de la imprenta para difundir los nuevos conocimientos, haciendo publicar sus obras y difundiéndolas por Europa. Uno de los ejemplares de cabecera de Colón era precisamente el de las Efemérides (Al igual que muchos grandes navegantes de la época), por lo cual no es de extrañar que Colón llevara uno en sus viajes. Fueron publicadas por primera vez en 1474.
Y para darles una idea de su contenido, tenemos por ejemplo:
- Posiciones planetarias y del sol, o sea, las posiciones exactas de los planetas, la luna y el sol, día por día
- Fases de la luna y eclipses lunares y solares, identificando las fechas de las lunaciones nueva y llena, así como los eclipses lunares y de sol.
- De manera fundamental, la obra de Regiomontano exponía el principio para determinar la longitud geográfica en el mar utilizando el método de las "distancias lunares". Este método se basa en medir el ángulo entre la Luna y una estrella determinada para calcular la posición de un observador.
- Las tablas de "Las Efemérides" de Regiomontano cubrían un periodo de 32 años, desde 1475 hasta 1506.
Esta última fecha (1506) es muy importante, porque los hechos aquí contados corresponden apenas a dos años antes del final de los cálculos que venían impresos en las Efemérides.
Para febrero 29 de 1504, Colón encontró que habría un eclipse lunar, y sería visible en la isla.
Aquí es donde la inteligencia y la astucia de Colón brillaron. Ideó un plan magistral basado en la psicología y la superstición.
Tres días antes del eclipse, solicitó una reunión con los caciques (jefes) taínos. Con un semblante grave, les comunicó que su Dios cristiano estaba muy enfadado con ellos por negarles el alimento a sus siervos. Como señal de su ira, pronto "pintaría la Luna de rojo sangre y luego la haría desaparecer del cielo", trayendo pestes y calamidades sobre su pueblo.
Los caciques, aunque escépticos, se mostraron inquietos. La noche del 29 de febrero, tal y como Colón había predicho, la sombra de la Tierra comenzó a morder el borde de la Luna llena. A medida que el eclipse avanzaba, la Luna adquirió un tono cobrizo y rojizo, un efecto conocido hoy como "Luna de Sangre" (causado por la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre).
Pueden imaginar el terror que se dispersó entre las tribus, y así, el pánico se apoderó de los taínos. El evento, sobrenatural para ellos, confirmaba las palabras del extranjero. Corrieron aterrorizados hacia los barcos de Colón, cargados de ofrendas y alimentos, suplicándole que intercediera ante su poderoso y terrible Dios para que les devolviera la Luna.
Se dice que Colón se retiró a su camarote, fingiendo hablar con su Dios. Utilizó un reloj de arena para medir el tiempo del eclipse, cuyos detalles (inicio, máximo y fin) estaban en las tablas de Regiomontano. Justo antes de que la totalidad del eclipse terminara, salió y anunció que su Dios, en su infinita misericordia, los había perdonado, y que como señal, la Luna volvería a brillar.
Minutos después, la Luna comenzó a reemerger de la sombra de la Tierra, volviendo a su esplendor original. Para los taínos, fue un milagro. El poder de Colón y de su Dios era incuestionable.
Desde esa noche hasta que fueron rescatados en junio de 1504, los españoles no volvieron a pasar hambre. La comida fluyó abundantemente, garantizando su supervivencia.
Aunque hoy en día podríamos decir que es un ejemplo claro de la “instrumentalización de la ciencia” para oprimir a otros, también deja en claro que el conocimiento científico ayudó a salvar muchas vidas de la expedición, así que la balanza de esas dos caras de la ciencia se las dejos para que decidan hacia que lado se inclina esa balanza.
Ahora, sobre Regiomontano, cabe decir muchísimas mas cosas, como de sus grandes trabajos en trigonometría y matemáticas, de su influencia sobre grandes navegantes como Cristóbal Colón y Américo Vespucio, sobre su llamado por parte del Papa Sixto IV para que ayudara en la reforma del Calendario Juliano.
Murió muy temprano, en Roma, a los 40 años, dejando un gigantesco legado a la humanidad, y hoy tiene su nombre inscrito en uno de los cráteres de la Luna. PEro este personaje merece una píldora aparte.
Lo olvidaba… Y qué pasó con Colón se preguntarán seguramente. Para este viaje, colón viajaba con su hermano, otro gran navegante, Bartolomé, y con su hijo Hernando. Como dije antes, fue un viaje de descubrimiento pero con grandes vicisitudes y muertes, terminando varados en Jamaica.
Allí ocurrió uno de los hechos de heroísmo más notables de la conquista, ya que poco después de naufragar, uno de los capitanes más leales, Diego Méndez, junto a otros hombres, realizó una hazaña casi imposible: remó en una canoa indígena desde Jamaica hasta La Española (un viaje de más de 180 kilómetros en mar abierto) para pedir ayuda.
La ayuda finalmente llegó, mucho después de los hechos aquí contados, en junio de 1504. Colón regresó a España enfermo y desilusionado. No encontró el paso a Asia y había perdido toda su flota. Su principal protectora, la reina Isabel la Católica, murió poco después de su llegada, marcando el fin de su favor en la corte. Este fue su último viaje; nunca más volvería a cruzar el Atlántico
Pero gracias a Regiomontano, Colón y el remanente de su flota pudo volver a casa.
Buenas noches…
increible historia Edguitar, pero desde ahi vemos como los "conquistadores" usaron la religion para oprimir y acabar con los nativos......keep on writing these awesome snipets! thanks
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