Píldoras de historia: El Diluvio Universal ... ¿Pudo ocurrir?

La cuestión de si un gran diluvio cubrió alguna vez la totalidad de la Tierra ha fascinado a la humanidad durante milenios, uniendo la investigación científica con la tradición mitológica. Un análisis riguroso de esta pregunta debe comenzar con el registro más fundamental y duradero de la historia de nuestro planeta: sus estratos geológicos. 

Pero antes, me gustaría dejar claro que mis notas ahora contienen información más detallada y más actualizada, cuento con una gran ayuda investigativa y eso me ha servido muchísimo para realizar mejores contenidos, además estoy aprendiendo también nuevos hechos que obviamente tengo que corroborar con otras fuentes.  Ok, sigamos pues.

Un desafío fundamental para la hipótesis del diluvio universal es la procedencia del agua necesaria. La cantidad total de vapor de agua en la atmósfera terrestre, si se precipitara de una sola vez, cubriría la superficie del globo hasta una profundidad de solo 2.5 centímetros, aproximadamente una pulgada. Incluso el derretimiento de todos los casquetes polares y glaciares existentes solo elevaría el nivel del mar lo suficiente como para inundar las zonas costeras, pero no para cubrir las cadenas montañosas más altas del mundo. Los mecanismos propuestos dentro de la "geología del diluvio", como un "dosel de vapor" pre-diluviano o la erupción de "las fuentes del gran abismo", carecen de evidencia física y violan las leyes conocidas de la física. La liberación de tales volúmenes de agua, ya sea desde la atmósfera o desde el subsuelo, implicaría cambios energéticos tan masivos que la temperatura de la superficie terrestre se elevaría a niveles que harían hervir los océanos y derretir la corteza, esterilizando el planeta en lugar de simplemente inundarlo.   

Históricamente, la ciencia de la geología se enfrentó a esta misma pregunta en sus inicios. A principios del siglo XIX, los "geólogos diluvianistas" atribuían características superficiales como los cantos rodados erráticos y los vastos depósitos de grava a los efectos de un diluvio bíblico. Sin embargo, a medida que la investigación de campo progresaba, geólogos como Louis Agassiz demostraron de manera concluyente que estos fenómenos eran el resultado de la actividad glaciar durante las edades de hielo. Hacia 1830, la comunidad científica había abandonado en gran medida el diluvianismo, reconociendo que la evidencia apoyaba únicamente inundaciones locales o procesos glaciales a gran escala. La "geología del diluvio" moderna, que resurgió en el siglo XX, representa un retorno a estas ideas desacreditadas y es considerada una pseudociencia por la abrumadora comunidad científica internacional, ya que contradice los principios fundamentales de la geología, la paleontología, la física y la arqueología. 

Existen una gran cantidad de evidencias que demuestran la imposibilidad de un evento de este tipo en alguna época de la Tierra, como el caso contra una inundación global que no se basa únicamente en la ausencia de pruebas, sino, por el contrario, en la presencia de una vasta cantidad de evidencia geológica que es fundamentalmente incompatible con tal evento. Ciertas formaciones rocosas solo pueden originarse en condiciones que no podrían haber existido durante una inundación continua de un año.

Esto me dio una idea que trataré de hacer, y es realizar una aclaración de evidencias geológicas que encontré, para que sean analizadas por uno de mis compañeros de Asasac, un geólogo, por lo tanto, no colocaré aquí referencias técnicas que son del ámbito geológico como tipos de rocas, formas de sedimentación etc. Solamente baste decir que la cantidad de evidencia geológica es abrumadora en contra de tal evento, a menos a nivel mundial, como ya veremos.

Los defensores de una interpretación literal de una inundación global, a menudo agrupados bajo el término "geología del diluvio", proponen una serie de argumentos para reinterpretar la evidencia geológica. Sin embargo, estos argumentos no resisten el escrutinio científico. El debate no se centra en la observación de los datos en sí (por ejemplo, un fósil marino en una montaña), sino en el marco interpretativo que se les aplica. La geología convencional opera bajo los principios de uniformidad de procesos y tiempo profundo, buscando la explicación más coherente con toda la evidencia disponible. 

La geología del diluvio, por el contrario, comienza con la conclusión a priori de que el relato del Génesis es históricamente literal y reinterpreta todos los datos para que encajen en ese marco preestablecido. Esta diferencia metodológica fundamental entre la ciencia y la apologética es la raíz del conflicto.  Podemos ver algunos argumentos al respecto:

Argumento 1: Fósiles marinos en las montañas: Los proponentes señalan la presencia de fósiles de criaturas marinas en cordilleras como los Himalayas como prueba de que las aguas del océano cubrieron los continentes.   

Refutación científica: Los geólogos están de acuerdo con la observación, pero no con la interpretación. Estas rocas sedimentarias marinas se depositaron en mares antiguos cuando esas masas de tierra estaban a nivel del mar o por debajo de él. Posteriormente, a lo largo de millones de años, los procesos de la tectónica de placas (específicamente, la colisión de placas continentales) elevaron estas rocas y los fósiles que contenían a sus altitudes actuales. Este es un principio fundamental de la geología moderna que explica la formación de las montañas.   

Argumento 2: Vastas capas sedimentarias: Se argumenta que las capas sedimentarias que se extienden por continentes enteros, como la Arenisca Tapeats, solo pudieron ser depositadas por una inundación global.   

Refutación científica: Estas capas representan la deposición en antiguos mares epicontinentales poco profundos que avanzaron y retrocedieron sobre los continentes a lo largo de vastas épocas geológicas. Lejos de ser uniformes "como panqueques", estas capas varían en grosor, se interdigitan con depósitos terrestres que muestran litorales cambiantes y están separadas por discordancias, superficies de erosión que representan millones de años de tiempo perdido, todo lo cual contradice un único evento de deposición rápida.   

Argumento 3: Cementerios de fósiles masivos: Se citan grandes concentraciones de fósiles como evidencia de un entierro rápido y catastrófico a escala global.   

Refutación científica: Si bien algunos lechos fósiles indican un entierro rápido debido a eventos locales (deslizamientos de tierra, flujos de lava, inundaciones fluviales), el registro fósil en su conjunto está altamente ordenado, no es caótico. Una inundación global habría mezclado organismos de todas las épocas y entornos. En cambio, encontramos una sucesión consistente y predecible: los trilobites nunca se encuentran con los dinosaurios, y los dinosaurios nunca se encuentran con los humanos o los mamuts. Esta sucesión ordenada es una de las principales líneas de evidencia de la evolución y de una Tierra antigua. 

Esto no quiere decir que no se hubiesen producido hechos catastróficos que marcaron la memoria de la humanidad, veamos algunos:

La Hipótesis del Diluvio del Mar Negro

Si bien la evidencia geológica refuta una inundación global, apoya firmemente la ocurrencia de inundaciones locales de una escala catastrófica. La más notable de estas es la hipótesis del diluvio del Mar Negro, propuesta por los geólogos William Ryan y Walter Pitman.

La hipótesis: La teoría postula que hace unos 7,500 años, el Mar Negro era un lago de agua dulce más pequeño y aislado, con su superficie a más de cien metros por debajo del nivel del Mar Mediterráneo. A medida que los glaciares de la Edad de Hielo se derritieron, el nivel global del mar subió hasta que finalmente superó la barrera natural del Estrecho del Bósforo.   

La evidencia: El agua salada del Mediterráneo se precipitó a través del Bósforo en una cascada cataclísmica con un volumen estimado en 200 veces el de las Cataratas del Niágara. Esta inundación masiva habría elevado el nivel del Mar Negro rápidamente, inundando unos 100,000 kilómetros cuadrados de llanuras costeras que anteriormente estaban habitadas por comunidades agrícolas del Neolítico. La evidencia clave proviene de los núcleos de sedimento extraídos del fondo del Mar Negro, que muestran una transición abrupta de capas de lodo de agua dulce a una capa de "hash de conchas" (fragmentos de moluscos de agua dulce) cubierta por sedimentos marinos de agua salada.   

Implicaciones para el mito: Ryan y Pitman argumentan que el recuerdo traumático de este evento de desplazamiento masivo fue preservado en tradiciones orales por las poblaciones desplazadas. A medida que estos pueblos migraron, llevaron sus historias con ellos, que con el tiempo podrían haber formado el núcleo histórico de las leyendas de inundaciones mesopotámicas. Aunque sigue siendo un tema de debate académico, la hipótesis del diluvio del Mar Negro proporciona un modelo plausible y basado en evidencia de cómo un evento local real y devastador podría haber sido percibido como "universal" por quienes lo experimentaron.

El final de la última Edad de Hielo fue un período de inmensa volatilidad hidrológica, que produjo otras inundaciones de una escala casi inimaginable.

Otro ejemplo podría se el de la inundación de Doggerland: A medida que los niveles del mar subían, una gran masa de tierra en el actual Mar del Norte, que conectaba Gran Bretaña con Europa continental, fue gradualmente sumergida. Este proceso, que probablemente incluyó eventos catastróficos como tsunamis, habría sido experimentado como una inundación que acabó con el mundo por los habitantes mesolíticos de la región.   

Las inundaciones por desborde del lago Missoula: En América del Norte, la ruptura repetida de una presa de hielo que contenía el vasto lago glacial Missoula desató una serie de inundaciones cataclísmicas que barrieron el este de Washington y Oregón. Estas inundaciones, que se encuentran entre las más grandes verificadas científicamente en la historia de la Tierra, remodelaron el paisaje y habrían aniquilado todo a su paso.

Ahora, miremos este punto de vista de grandes inundaciones más localizadas, desde la perspectiva de la zona mesopotámica, que fue la gran influenciadora en civilizaciones posteriores y en libros sagrados y mitologías de éstas, como su influencia en los relatos del Antiguo Testamento, principalmente.

La región del sur de Mesopotamia, la llanura aluvial de los ríos Tigris y Éufrates, es el lugar de nacimiento de las primeras civilizaciones urbanas y también el origen de las narrativas de inundaciones más antiguas que se conocen. Las excavaciones arqueológicas en esta región han revelado pruebas directas de inundaciones fluviales severas.

Los descubrimientos: Durante las décadas de 1920 y 1930, arqueólogos, entre los que destaca Sir Leonard Woolley en la antigua ciudad de Ur, desenterraron gruesas capas de limo estéril, depositado por agua, que separaban distintos períodos de ocupación humana. En un pozo de prueba profundo, Woolley encontró una capa de limo limpio de hasta 3.3 metros (11 pies) de espesor. Se descubrieron capas de inundación similares, aunque menos dramáticas, en otros sitios mesopotámicos clave como Kish y Shuruppak.   

Entusiasmo inicial y análisis posterior: Woolley, trabajando en una época de gran interés público por encontrar correlaciones entre la arqueología y la Biblia, identificó con entusiasmo su capa de limo en Ur como la prueba física del Diluvio de Noé. Sin embargo, un análisis más detallado y la datación de los estratos revelaron un problema crítico: las capas de inundación en los diferentes sitios no eran contemporáneas. La inundación en Ur está fechada alrededor del 3500 a.C., mientras que las inundaciones en Kish y Shuruppak ocurrieron en diferentes momentos entre el 2900 y el 2600 a.C..   

Consenso académico: La evidencia arqueológica no apunta a un único diluvio que cubrió toda Mesopotamia, y mucho menos el mundo. En cambio, confirma lo que la geografía de la región sugiere: el sur de Mesopotamia, una llanura baja y plana, era propenso a inundaciones fluviales frecuentes y devastadoras. Estos eventos locales, aunque catastróficos para los habitantes de una ciudad o región, son ahora considerados por los estudiosos como la inspiración histórica más probable para la poderosa mitología de inundaciones de la región. La inundación en Shuruppak (ca. 2900 a.C.) es a menudo citada como una candidata particularmente fuerte, ya que Shuruppak es la ciudad natal del héroe del diluvio (Ziusudra/Utnapishtim) en la tradición mesopotámica.

Si una inundación global hubiera ocurrido en cualquier momento de la historia humana registrada, habría dejado una marca indeleble en el registro arqueológico de todas las civilizaciones existentes en ese momento. La evidencia de tal evento estaría presente en forma de una discontinuidad cultural abrupta y universal. Sin embargo, el registro arqueológico de varias de las civilizaciones más importantes del mundo antiguo muestra exactamente lo contrario: una historia de desarrollo continuo. Veamos algunas evidencias o en algunos casos, falta de ellas.

Egipto: Los extensos y meticulosamente documentados registros arqueológicos e históricos del antiguo Egipto no muestran evidencia de una inundación catastrófica que haya puesto fin a la civilización. La civilización egipcia existió de forma continua antes, durante y después de las fechas propuestas para un diluvio universal, sin interrupción en la sucesión dinástica, el desarrollo cultural o la población. Para Egipto, la inundación anual y predecible del Nilo era la fuente de la vida y la fertilidad, no un agente de destrucción apocalíptica.   

Jericó: La ciudad de Jericó, situada muy por debajo del nivel del mar en el valle del Jordán, ha estado ocupada casi continuamente desde aproximadamente el 9600 a.C. Sus capas arqueológicas, que documentan milenios de historia humana, no muestran evidencia de una inundación masiva que sería inevitable si el mundo entero hubiera sido sumergido.   

China y el Valle del Indo: De manera similar, las secuencias culturales continuas de otras civilizaciones antiguas, como las de China y el Valle del Indo, no muestran evidencia de una destrucción simultánea y mundial, seguida de la aparición de una nueva monocultura originaria del Cercano Oriente.   

Noé (Generado por Copilot)
La convergencia de la evidencia es poderosa. Por un lado, la presencia de pruebas de múltiples inundaciones locales severas en Mesopotamia proporciona un contexto histórico claro y localizado para el origen de sus mitos de inundación. Por otro lado, la ausencia de pruebas de una inundación global en civilizaciones contemporáneas como la egipcia actúa como un "grupo de control" histórico. Si una inundación global hubiera ocurrido, estas civilizaciones habrían sido aniquiladas, y sus registros mostrarían una discontinuidad abrupta. No lo hacen. En conjunto, esta evidencia arqueológica sugiere fuertemente que el "Gran Diluvio" fue un evento mesopotámico, tanto históricamente (como una serie de inundaciones fluviales) como mitológicamente (como el punto de origen de la narrativa), que más tarde fue universalizado en su relato. La arqueología nos permite señalar el probable "epicentro" geográfico e histórico de la tradición del mito del diluvio que eventualmente influiría en la narrativa bíblica.

Entonces, teniendo esas evidencias de inundaciones localizadas, ya podemos realizar una interpolación de tipo cultural a través de los tiempos, así, surgen toda una serie de acercamientos a la idea de una inundación enviada por los dioses. Vamos a ver el caso típico del Diluvio Bíblico.

Atrahasis y Gilgamesh

Las versiones escritas más antiguas de la historia del diluvio provienen de Mesopotamia y son significativamente más antiguas que el relato bíblico. Algo que debo hacer notar es que las fechas se refieren a la más antigua referencia que se ha encontrado. En el caso de los registros de la región de Mesopotamia por ejemplo, se trata en muchos casos de copias de textos aún más antiguos-

La Epopeya de Atrahasis (ca. 1700 a.C.): Esta es la versión completa más antigua conocida. Enmarca el diluvio como la culminación de los intentos de los dioses por resolver un problema: la sobrepoblación humana y el ruido que perturba el sueño del dios principal, Enlil. La causa del diluvio es pragmática y amoral desde una perspectiva humana; es una historia sobre la molestia divina y el control de la población, no sobre la moralidad humana. El héroe, Atrahasis (cuyo nombre significa "sumamente sabio"), es salvado no por su rectitud, sino porque el dios Ea (Enki), el dios de la sabiduría, sabotea en secreto el plan de los otros dioses y le advierte.   

La Epopeya de Gilgamesh (Tablilla XI, ca. 1300-1000 a.C.): Esta versión, más famosa, incorpora la historia del diluvio dentro de una epopeya más grande sobre la búsqueda de la inmortalidad por parte del rey Gilgamesh. El héroe del diluvio, Utnapishtim ("él encontró la vida"), le cuenta la historia a Gilgamesh como una anécdota de su pasado. La razón del diluvio es menos explícita, simplemente una "decisión de los grandes dioses". Esta versión es célebre por sus detallados paralelismos con el Génesis, incluyendo la construcción precisa del barco, la duración de la tormenta (seis días y siete noches), el desembarco en una montaña (Monte Nimush) y el envío de una paloma, una golondrina y un cuervo para comprobar si las aguas habían retrocedido.   

El consenso académico es que la versión de Gilgamesh depende de la epopeya anterior de Atrahasis, y que juntas forman el arquetipo literario del que deriva la historia bíblica. 

El relato del diluvio en el libro del Génesis (capítulos 6-9) no es un informe independiente, sino una adaptación posterior de una tradición mesopotámica bien establecida. Los paralelismos en la trama, la estructura y los detalles específicos son tan numerosos y precisos que una relación literaria directa es innegable. Sin embargo, los autores bíblicos no se limitaron a copiar la historia; la transformaron radicalmente para que se ajustara a su propia visión teológica.   

En el relato Bíblico encontramos una Innovación teológica, que es la causa moral: El cambio más significativo en el relato del Génesis es la introducción de una causa moral para el diluvio. La inundación no es una respuesta al ruido, sino un juicio divino sobre la maldad y la violencia de la humanidad. El héroe, Noé, es salvado específicamente porque es un "hombre justo" que "halló gracia ante los ojos del Señor".   

También, el relato Bíblico nos crea una recontextualización monoteísta,  pues el panteón politeísta de dioses mesopotámicos, que discuten, son caprichosos y falibles, es reemplazado por un único Dios omnipotente que tiene el control total. Los dioses mesopotámicos se aterrorizan por el diluvio que ellos mismos desatan y se congregan "como moscas" sobre el sacrificio de Utnapishtim porque tienen hambre. En contraste, el Dios del Génesis acepta el sacrificio de Noé como un "olor grato" y establece un pacto, simbolizado por el arcoíris, prometiendo no volver a destruir la tierra con agua. Esto transforma la historia de un mito sobre dioses petulantes a una narrativa fundacional sobre la justicia divina, la misericordia y la relación de pacto.   

Los estudiosos identifican al menos dos fuentes distintas (conocidas como la Sacerdotal y la Yahvista) que fueron entretejidas para formar el relato final del Génesis. Esto explica las contradicciones internas en detalles como la duración del diluvio (40 días de lluvia vs. 150 días de prevalencia de las aguas) y el número de animales llevados a bordo (un par de todos los animales vs. siete pares de los animales puros). 

Interesante ¿no?, pues ahora veremos si el relato del Diluvio fue exclusivo de Mesopotamia o el Antiguo Testamento, y que esto trascendió los tiempos a otras culturas.

La narrativa de un gran diluvio no es exclusiva del Cercano Oriente. Mitos similares se encuentran en cientos de culturas en todo el mundo, lo que sugiere que la experiencia de inundaciones devastadoras es una preocupación humana universal.

Mito griego: Deucalión y Pirra: Zeus envía un diluvio para castigar a la humanidad por su impiedad. El héroe Deucalión es advertido por su padre, el titán Prometeo, y sobrevive junto a su esposa Pirra en un cofre o arca durante nueve días, hasta llegar al Monte Parnaso. Repueblan la tierra arrojando piedras ("los huesos de su madre", Gaia) por encima de sus hombros, las cuales se transforman en personas. Esta historia comparte el tema central del castigo divino por el pecado humano.   

Mito hindú: Manu y Matsya: Manu, el primer hombre, es advertido de un diluvio inminente por un pequeño pez (Matsya), que es un avatar del dios Vishnu. El pez crece hasta alcanzar un tamaño inmenso. Manu construye un gran barco, reúne las semillas de toda la vida y a los Siete Sabios, y es remolcado a un lugar seguro por el pez, atando el barco a un pico del Himalaya. El diluvio es parte de un ciclo cósmico de destrucción y recreación (pralaya).   

Un análisis de cientos de mitos de inundaciones en todo el mundo revela un patrón recurrente de elementos centrales: una decisión divina de destruir a la humanidad (a menudo por razones morales), una advertencia dada a un individuo o familia favorecida, la construcción de una embarcación, la salvación de la vida (humana y/o animal), el desembarco de la embarcación en una montaña y la repoblación del mundo. 

Finalmente, veamos una tabla comparativa de mitos de diluvios, que les va a gustar mucho.



Esta tabla ofrece una comparación sistemática de los mitos del diluvio más influyentes, destacando tanto las sorprendentes similitudes estructurales como las cruciales diferencias teológicas y culturales que revelan cómo cada sociedad adaptó la historia a su propia cosmovisión.

Al comparar estos mitos, se puede trazar una clara trayectoria evolutiva. La historia pasa de ser un relato sobre el control cósmico de plagas en Atrahasis a una profunda declaración teológica sobre la moralidad, el pecado y la redención en el Génesis. El mito del diluvio no es estático; evoluciona para reflejar el desarrollo teológico y ético de las culturas que lo cuentan, convirtiéndose en un espejo que refleja la conciencia ética en evolución de la humanidad.

Y, ¿Cómo se difundió la historia? … Eso, amigos míos, no alcanzo a decirlo en este momento, porque daría para otro capítulo tan o más largo que este, y tengo mucho sueño, así que me iré a dormir.

Entonces, Chau y nos vemos …


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