Píldoras de Historia: La Peste de Atenas... De Tucídides a Edipo Rey

Para quienes han leído o asistido a alguna representación de Edipo Rey de Sófocles, tal vez recuerden este pasaje, en la primera escena, delante del palacio de Edipo, en Tebas: 

(Esto lo dice el sacerdote a Edipo, dentro de su intervención) "... Además, la divinidad que produce la peste, precipitándose, aflige la ciudad. ¡Odiosa epidemia, bajo cuyos efectos está despoblada la morada Cadmea, mientras el negro Hades se enriquece entre suspiros y lamentos! Ni yo ni estos jóvenes estamos sentados como suplicantes por considerarte igual a los dioses, pero sí el primero de los hombres en los sucesos de la vida y en las intervenciones de los dioses. Tú que, al llegar, liberaste la ciudad Cadmea del tributo que ofrecíamos a la cruel cantora y, además, sin haber visto nada más ni haber sido informado por nosotros, sino con la ayuda de un dios, se dice y se cree que enderezaste nuestra vida. Pero ahora, ¡oh Edipo, el más sabio entre todos!, te imploramos todos los que estamos aquí como suplicantes que nos consigas alguna ayuda, bien sea tras oír el mensaje de algún dios, o bien lo conozcas de un mortal. Pues veo que son efectivos, sobre todo, los hechos llevados a cabo por los consejos de los que tienen experiencia. ¡Ea, oh el mejor de los mortales!, endereza la ciudad. ¡Ea!, apresta tu guardia, porque esta tierra ahora te celebra como su salvador por el favor de antaño. Que de ninguna manera recordemos de tu reinado que vivimos, primero, en la prosperidad, pero caímos después; antes bien, levanta con firmeza la ciudad. Con favorable augurio, nos procuraste entonces la fortuna. Sénos también igual en esta ocasión. Pues, si vas a gobernar esta tierra, como lo haces, es mejor reinar con hombres en ella que vacía, que nada es una fortaleza ni una nave privadas de hombres que las pueblen." 

Así de esta manera se nos presenta a Edipo en la primera escena de la obra, a un hombre que trata de salvar a su ciudad de una terrible peste. Sófocles escribió esta obra en el 430 ac., hay referencias de su primera presentación en el 429 ac. Lo digo porque las fechas son importantes para lo que les contaré después. 

Ahora que lo pienso bien, esta es la tercera o cuarta vez que escribo algo sobre la llamada "Peste de Atenas", y fue durante la epidemia mundial de Covid que busqué más referencias a esta parte de la historia de la Grecia Clásica que es muy dramática, por decirlo menos. 

Y realmente hay datos actualizados muy interesantes. Ahora, algo de contexto, ya que es primordial para lo que nos atañe hoy. 

Pues a mediados del siglo V ac, Atenas era más que una ciudad, era un ideal de civilización, estamos en pleno "Siglo de Pericles", en pleno apogeo de la polis, en el ejemplo de la democracia, de la filosofía, del arte, de los deportes, de la religión, y los atenienses se consideraban así mismos como un modelo para el resto del mundo. 

Pero, lo que no sabían, es que pronto las cosas y algunos eventos los llevarían a una terrible confrontación con la otra potencia rival por ese entonces de Atenas, hablamos de Esparta; y durante estos eventos algo pasó tan terrible, que terminó casi decidiendo el resultado final de esta confrontación. 

Pero, es en es época de esplendor cuando surge una guerra terrible entre los Griegos, fruto de ese reordenamiento geopolítico que se estaba dando por entonces, entre los aliados de Atenas por un lado, y los de Esparta por e otro, incendiando toda la Hélade durante varios años. 

Pero no se llegó a este estado por casualidad, ya que si lo recuerdan, Atenas había creado la "Liga de Delos" a manera de una liga de ciudades que sería la defensa de la Hélade entera contra el imperio de los Médos, durante las "Guerras Médicas". Luego de terminadas estas guerras, Atenas fue transformando la Liga de Delos en una especie de talasocracia o imperio marítimo. Los grandes tesoros que adquirió esta Liga de Delos, se guardaban en la famosa Isla de Delos. 

Hasta ahí todo bien como diría el Pibe, pero (Siempre hay un pero), este tesoro fue trasladado a Atenas en el 454 ac, para utilizar esos fondos en las magníficas obras de la Acrópolis, entre las cuales estaba El Partenón y su famosísima estatua de Atenea Partenos. Además de esa apropiación, obviamente sus aliados ya pasaron a ser sus súbditos, y muchas ciudades comenzaron a sentir resentimiento hacia Atenas por estos hechos. 

Estos hechos, son la causa fundamental de la guerra, y, de hecho, el historiador Tucídides identificó este hecho como la causa fundamental: "el crecimiento del poder de Atenas y el temor que esto inspiraba en Esparta". Estaba en lo cierto nuestro amigo Tucídides, ya que, hoy se conoce a este fenómeno que causó esta guerra como "Tranpa de Tucídides", ya que el miedo a perder la hegemonía, en este caso de la otra gran liga griega que era la Liga del Peloponeso, liderada por Esparta, provocó la reacción de esta en contra del poder en ascenso de Atenas. 

Por cierto, el término de Trampa de Tucídides lo acuño el politólogo Graham T. Allison en 2015, refiriéndose al riesgo de guerra por pérdida de la hegemonía. Entonces, teniendo ya este "combustible" listo para arder, comenzaron a darse algunos hechos que desencadenaron luego en una confrontación total, y rápidamente los nombraré, sin detalle, ya que nos llevaría mucho tiempo: 

- Atenas interviente en una disputa entre su aliada Corcira (Hoy Corfú), y Corinto, una de las grande y poderosas aliadas de Esparta, ofreciendo defensa a Corcira... - Potidea, aunque colonia de Corinto, mantenía lazos con Atenas, y en un momento dado, Potidea se rebela con tra Atenas, provocando que esta lanzara una campaña de asedio contra la ciudad, que resultó muy constosa para Atenas. 
- El llamado Decreto de Mégara, que Atenas promulgó, tal vez fue uno de los principales detonantes, ya que imponía una sanción económica contra Megara, gran aliado de Esparta, de tal manera que le prohibía cualquier comercio con puertos o ciudades o mercados del imperio ateniense, ahorcando su economía. (No suena esto ... ¿Muy moderno?) 
- Esparta envía un ultimátum a Atenas para que derogue el decreto, pero Pericles, un strategos (general) famoso por su poderosa oratoria, convence a la asamblea ateniense a negarse a la pretensión espartana. 

Desde este momento, se creó una confrontación entre dos estilos de gobierno y militar. Por un lado, la democracia radical de Atenas, el imperio que estaba en plena expansión comercial y militar, y por el otro lado el de la oligarquía militar , agraria y conservadora de Esparta.

Ahora, saltando un poco en el tiempo, nos encontramos ya en medio de una guerra declarada. Ahora llegaba el juego de estrategias. Para defender Atenas, Pericles ordena a la población del Ática (La zona de influencia directa de Atenas) que se refugie en la ciudad, abandonando los campos y sus casas, y permanecer en los espacios entre los "Muros Largos", que no eran más que unas impresionantes fortificaciones amuralladas a lo largo de todo el camino entre Atenas y el puerto de El Pireo. 

Esto, si lo vemos con ojos del siglo XXI tal vez tenga la semilla de su propia desgracia, pero en su momento permitió realizar una defensa apropiada contra los hoplitas espartanos, ya que combatirlos a campo abierto era un suicidio, mientras que mientras estos luchaban por conquistar la ciudad desde fuera de las murallas, la temible armada Ateniense atacaba con su flota las costas del Peloponeso, toda una guerra de desgaste. 

Esta estrategia, sin embargo, contenía la semilla de su propia destrucción. La decisión de Pericles fue una apuesta calculada que priorizó la seguridad militar sobre la salud pública, un concepto que apenas se entendía en la época. La gente se hacinó en viviendas improvisadas, en "barracas sofocantes", en los espacios vacíos e incluso en los templos. 

El problema con esta estrategia fue el hacinamiento en la ciudad... Algunos estiman que podrían haber unas 300 mil personas en la ciudad, encerrados y hacinados. Personalmente no creo que fueran tanto, pero esas son estimaciones de gente que conoce mejor el tema. Entonces saben qué puede pasar si dentro de esa olla a presión, ¿aparece de repente una enfermedad contagiosa y letal?... Pues sí queridos amigos... Apareció una plaga.. 

El historiador Tucídides, quien padeció y sobrevivió a la enfermedad, nos legó un relato de la plaga de una precisión clínica y una objetividad asombrosas. Su enfoque, que buscaba analizar causas y efectos de forma racional, sin recurrir a explicaciones divinas, marcó un hito en la historiografía. Según su crónica, la enfermedad se originó en Etiopía, descendió a través de Egipto y Libia, y penetró en el mundo griego a través del puerto de El Pireo, el cordón umbilical que mantenía con vida a la Atenas sitiada. Las rutas comerciales y militares, arterias del imperio, se convirtieron en vectores de la muerte.   Miremos la descripción que se hace de los síntomas, contados por Tucídides: 

Inicio Súbito: La enfermedad atacaba de repente a personas sanas. 

Comenzaba con una intensa fiebre en la cabeza, enrojecimiento e inflamación de los ojos. La garganta y la lengua se tornaban sanguinolentas y el aliento se volvía fétido e irregular.   

Progresión: A estos síntomas seguían estornudos y ronquera. El mal descendía al pecho, provocando una tos violenta. Cuando se asentaba en el estómago, causaba vómitos de bilis y espasmos dolorosos.   

Estado Avanzado: Lo más extraño era que, al tacto, el cuerpo no parecía excesivamente caliente, pero por dentro ardía con una fiebre interna y una sed inextinguible. Esta sed era tan atroz que los enfermos, en su delirio, se arrojaban a los pozos y cisternas de agua fría, sin encontrar alivio. La piel se enrojecía y se cubría de pequeñas pústulas y úlceras. El insomnio y una agitación incesante torturaban a las víctimas día y noche.   

Fase Final: La mayoría moría entre el séptimo y el noveno día. Aquellos que superaban esta fase crítica veían cómo la enfermedad descendía a los intestinos, causando una severa ulceración y diarrea, lo que finalmente los llevaba a la muerte por agotamiento. 

Los pocos supervivientes a menudo sufrían secuelas terribles: algunos perdían los dedos de manos y pies, otros los genitales, y muchos quedaban ciegos o sufrían una amnesia total, olvidando su propia identidad y sin reconocer a sus seres queridos. 

Más allá del sufrimiento físico, la plaga provocó el colapso total del nomos: la ley, la costumbre y el orden social. El miedo al contagio pulverizó los lazos más sagrados. Los enfermos eran abandonados a su suerte por sus propias familias. 

Quienes, por compasión o sentido del honor, se atrevían a cuidar a otros, morían en masa, especialmente los médicos, que fueron de los primeros en caer. Los rituales funerarios, tan importantes en la cultura griega, fueron abandonados. 

Los cadáveres se apilaban en las calles y los templos. En una muestra de la desesperación reinante, la gente arrojaba a sus muertos en piras funerarias ajenas antes de huir. Obviamente en medio de este caos, aprecen otras crisis como la moral o la religiosa, tanto que la gente comenzó a perder el temor y la confianza en los dioses tutelares que siempre los habían protegido, y cosas como el placer inmediato se volvieron cosa normal, ya que nadie esperaba vivir lo suficiente para recibir un castigo. 

Esta plaga, que tuvo rebrotes en años posteriores como el 429 y 426 ac, aniquilo mas o menos a un cuarto o untercio de la población que estaba entre los Muros Largos, tal vez entre 75 y 100 mil personas sgún las crónicas de la época. 

El mismo Pericles que murió a causa de esta plaga en e otoño del 429, vió como morían sus hijos Jantipo y Páralo, y él mismo se vió culpado por tantos males acaecidos. Aunque Atenas demostró una resiliencia asombrosa y continuó la guerra durante más de dos décadas, quedó fatalmente herida. 

La pérdida de capital humano y, sobre todo, la degradación de la calidad de su liderazgo y de su cohesión social, la debilitaron de forma irreversible. La desastrosa Expedición a Sicilia (415-413 a.C.), una apuesta temeraria que acabó con la aniquilación de casi toda la fuerza expedicionaria ateniense, fue el tipo de error de cálculo que una Atenas pre-peste, bajo el mando prudente de Pericles, probablemente nunca habría cometido. 

La derrota final en 404 a.C. no puede entenderse sin el golpe que la plaga asestó quince años antes, un golpe que desequilibró la balanza no solo militarmente, sino, y más importante, política y psicológicamente, enviando a la democracia ateniense por una senda de autodestrucción.   
Generado por Copilot


Y para completar, la muerte de Pericles dejó un tremendo vacío de liderazgo, ya que los nuevos políticos, como Cleón, no dieron la talla para superar todos los males y derrotas militares. 

Durante más de dos milenios, la identidad del agente causal de la Peste de Atenas permaneció como uno de los grandes misterios de la historia médica. El detallado relato de Tucídides permitió a generaciones de eruditos proponer diversas teorías, pero la falta de pruebas físicas hacía imposible cualquier conclusión definitiva. 

Esto cambió en 1994, durante las excavaciones para el metro de Atenas. En el antiguo cementerio del Cerámico, los arqueólogos descubrieron una fosa común que contenía más de 150 cuerpos enterrados de forma apresurada y desordenada, una clara ruptura con las cuidadosas prácticas funerarias atenienses. 

La cerámica encontrada en la tumba permitió datarla con precisión en el año 430 a.C., coincidiendo exactamente con el primer brote de la plaga.   

Este hallazgo ofreció una oportunidad sin precedentes. En 2006, un equipo de científicos griegos publicó un estudio revolucionario. Extrajeron material genético de la pulpa dental de tres de los esqueletos. La pulpa dental, al estar bien vascularizada y protegida por el esmalte, es un reservorio ideal para el ADN de patógenos que causan infecciones sistémicas. Utilizando la técnica de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), buscaron rastros de ADN de varios posibles culpables. Los resultados fueron positivos para un solo microorganismo: Salmonella Typhi, la bacteria causante de la fiebre tifoidea.   

El diagnóstico, sin embargo, no ha cerrado el debate. La fiebre tifoidea moderna, si bien puede causar fiebre alta, erupciones cutáneas (roséola tifoidea) y graves complicaciones gastrointestinales que coinciden con partes del relato de Tucídides, no suele tener un inicio tan agudo ni una virulencia tan extrema. Los críticos del estudio han sugerido la posibilidad de contaminación de las muestras o que la cepa antigua de la bacteria fuera muy diferente a la actual.   

Esto mantiene vivas otras teorías basadas en la sintomatología: 

Viruela: Esta hipótesis se apoya en la descripción de la erupción con pústulas y úlceras. Sin embargo, Tucídides no menciona las características cicatrices que deja en los supervivientes ni otros síntomas clave como el intenso dolor de espalda.   Tifus Exantemático: Transmitido por piojos, es una enfermedad que prospera en condiciones de hacinamiento y falta de higiene como las de la Atenas sitiada. Causa fiebre alta, delirio y una erupción cutánea, pero el cuadro clínico completo no encaja a la perfección con la descripción del historiador.   

Fiebres Hemorrágicas Virales (como el Ébola): Algunos síntomas, como el posible sangrado interno y la altísima y rápida mortalidad, son compatibles. No obstante, esta es una teoría altamente especulativa sin ninguna evidencia directa que la respalde.   

La posibilidad más intrigante es que la plaga fuera causada por un patógeno que se ha extinguido o que ha evolucionado hacia una forma menos letal, lo que explicaría las discrepancias entre el relato antiguo y las enfermedades conocidas hoy en día. Este cuadro ordena las diferentes opciones que se han propuesto para la Plaga. 


Esta plaga, finalmente, selló el fin del "Siglo de Oro" ateniense. En un mundo interconectado, donde las enfermedades pueden propagarse a la velocidad de un avión, la historia de la Atenas asolada por la plaga sigue siendo una advertencia tan relevante hoy como lo fue hace 2,500 años. 

Pero también dejó una huella indeleble en los atenienses, que se reflejó también en su arte, poesía y teatro, ya que en el ejemplo de Edipo, el comienzo de la obra nos habla de un Rey tratando de sortear una terrible peste. 

Les recomiendo que lean la obra de Tucídides "La historia de la Guerra del Peloponeso", es una obra magnífica. 

A propósito, ¿saben lo que significa la palabra Edipo?, pues la historia es interesante: El nombre "Edipo" proviene del griego antiguo "Οἰδίπους" (Oidipous) y significa "pies hinchados", debido a que sus pies quedaron atados y con heridas cuando sus padres, Layo y Yocasta, lo abandonaron al nacer. El rey Pólibo y su esposa Mérope lo encontraron, lo criaron y le dieron este nombre que hace referencia a sus pies hinchados y atados. 

Chau!!!

Comentarios

Entradas populares